domingo, 8 de marzo de 2009

Paradojas

Por Santiaguito Romero

Hubo una vez un sujeto, reprimido practicamente en todas las aristas que la vida le ofrece a un ser humano, que disimulaba con su talento para escribir –el que a veces resultaba inescrutable- su frustración. Pero más que frustración, era su miedo a enfrentarse a sí mismo, tal y como deseaba ser, lo que lo llevaba a redactar -con frases escogidas de Kant, Montesquieu; o sus favoritos: Marx y Engels- lo más increíbles improperios a cuanto “antagonista” se le ocurriese ofender en medio de su delirio, al intuír entre otras locuras, que estos supuestos enemigos, aunque brutos, representaban lo que no era capaz de conseguir él mismo por su constante ambigüedad.

Cuentan los que saben, que hasta el día en que no se sintió capaz de reconocer que estaba enamorado de un hombre muy diferente a él, en cuanto a formación y costumbres, no fue que finalmente consiguió la felicidad, y todos empezaron a leerlo con disfrute. Qué país nos trajimos a cuesta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Apúrate antes de que lleguen otros visitantes y cambia el "asi mismo" por "a sí mismo".

Qué País... dijo...

gracias por el aviso en mi niombre y el de los demás Santiaguito.

Armando Añel dijo...

Welcome!

Anónimo dijo...

más vale tarde que nunca... digo por el sujeto anónimo.
muy linda la imagen
saludos