Por Santiaguito Romero
Hubo una vez un sujeto, reprimido practicamente en todas las aristas que la vida le ofrece a un ser humano, que disimulaba con su talento para escribir –el que a veces resultaba inescrutable- su frustración. Pero más que frustración, era su miedo a enfrentarse a sí mismo, tal y como deseaba ser, lo que lo llevaba a redactar -con frases escogidas de Kant, Montesquieu; o sus favoritos: Marx y Engels- lo más increíbles improperios a cuanto “antagonista” se le ocurriese ofender en medio de su delirio, al intuír entre otras locuras, que estos supuestos enemigos, aunque brutos, representaban lo que no era capaz de conseguir él mismo por su constante ambigüedad.
Cuentan los que saben, que hasta el día en que no se sintió capaz de reconocer que estaba enamorado de un hombre muy diferente a él, en cuanto a formación y costumbres, no fue que finalmente consiguió la felicidad, y todos empezaron a leerlo con disfrute. Qué país nos trajimos a cuesta.
Meloni: ¿Oportunista o fanática?
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*Carlos Alberto Montaner*
En los años 1959, 60 y 61 se referían en Cuba a los “melones políticos”
como alguien que era verde por fuera y rojo por dent...
Hace 2 años
4 comentarios:
Apúrate antes de que lleguen otros visitantes y cambia el "asi mismo" por "a sí mismo".
gracias por el aviso en mi niombre y el de los demás Santiaguito.
Welcome!
más vale tarde que nunca... digo por el sujeto anónimo.
muy linda la imagen
saludos
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